Galicia Motorsport

Llegábamos al Rally Sur do Condado después de mucho esfuerzo y sacrificio con el objetivo de terminar la prueba, sin obsesionarnos con el puesto y la mentalidad de no asumir riesgos innecesarios para no terminar de golpe y porrazo con tanta luchar para conseguir estar aquí, entre los mejores del Campeonato Gallego de Rallyes y tantos otros que como nosotros han logrado hacer los que más les gusta.

 Mucha ilusión, mucho calor, pero sobretodo muchos nervios y poca experiencia, por lo que llegar al final se antojaba verdaderamente difícil. "Rápido pero de calle", me había dicho Jorge Pérez, un habitual del certamen con tantas tablas como cualquiera de los que hoy corren en los puestos de arriba del Nacional.

 Y así fue, tremendamente complicado. El viernes habíamos salido a última hora de la mañana, con mucho tiempo por delante, para pasar las verificaciones y quedarnos tranquilos hasta el inicio de la jornada del sábado en la que se recorrerían los más de 365 kilómetros con casi 114 cronómetrados. La primera en la frente. No se había secado el coche después de un lavado merecedor del mejor de los bólidos cuando saltó el cable del embrague. Dos horas allí esperando a la asistencia mientras que mi fiel copiloto, Bel Rivas, se acercó a pasar las verificaciones administrativas con Diego González, nuestro particular héroe a lo largo de toda la preparación del debut.

 Había localizado el problema y apareció nuestro buen samaritano, Ángel Lago junto a Joel Souto con un flamante Renault Clio que nos reparó la incidencia, por lo que no tardamos en aparecer en las verificaciones técnicas. No se imagina Ángel y Joel lo agradecido que estoy por su ayuda en un momento como ese, pensando por los nervios en que no nos daría tiempo para pasar los controles. Primer bache superado y llegó el sábado.

 Salimos del Parque Cerrado atravesando el podio de los Campeones y primer tramo neutralizado por el accidente del Audi S2 de David Ferreira, así que se nos asignó el tiempo de Eugenio González con su Ford Escort MKII, 14:06.764. Probablemente hubiéramos ido más rápidos, pues nuestra segunda pasada se completó en 13:23.429, pero el sábado ésto daba lo mismo. La primera pasada por Ponteareas ya se cobró varias víctimas, como Jaime Castro que destrozó su Clio R3 ó Martínez Carracedo al que su R5 GT Turbo le falló, pero la más sentida para nosotros fue la de Vanesa Pérez y Diego González por un maldito palier que les dejó sin poder salir al tramo después de toda la ilusión invertida.

Llegaba Salceda, de nuevo Ponteareas y un repostaje rápido antes de llegar a la última especial del bucle matinal cuando el coche no arranca. A empujones se puso en marcha, 11:18.647, a comer y empujón tras empujón hasta el Parque de Asistencia donde los chicos de Automos nos repararon el motor de arranque. Hasta ahí el coche iba cumpliendo, una pequeña fuga de aceite, un palier descolocado, un cubrecárter que parece un folio, un ruido aquí, otro allá...

 La jornada vespertina arrancó con el temido tramo de Arbo que superamos en 10:20.162 a pesar de problemas con las notas y un buen susto en una rasante, la cosa pintaba bien mientras los abandonos se sucedían. En Salvaterra tampoco nos fue mal y volvimos a Arbo donde vimos terminar a Juan Fernández y Oscar Chamorro, compañeros de equipo junto a Antonio Pajarín que ya había caído por accidente. También nos enteramos del abandono de Jorge Pérez; con lo bien que lo estaba haciendo su Clio le abandonó precisamente en la prueba de casa.

 En esta ocasión fuimos algo más lentos, pero ya sólo faltaba la segunda pasada por Salvaterra a la que llegábamos en el número 68 de la general, sin parrilla de faros y con la noche sobre nosotros. A lo largo del recorrido, con mi copi adivinando las notas porque no las veía, se enciende el testigo de la batería. "Tenemos que parar. Se ha debido romper la correa de la distribución". "¡De eso nada ,dále dále!".

 Y llegamos a la meta entre felicitaciones de amigos y conocidos a falta del paso por el Parque de Asistencia y el final en el Parque Cerrado. Lo logramos, llegamos sin luces, el coche se paró en el Parque Cerrado y ya no hubo manera de arrancarlo. Un milagro, pero también un éxito, una gran alegría verdaderamente emocionante. El Rally Sur do Condado se había cobrado 58 abandonos de los 125 participantes que comenzaron esa mañana y nosotros lo completamos acabando en el puesto 64 de la general.

Hay tanta gente a la que tenemos que dar las gracias que será una pena si me dejo a alguien pero tendrá que perdonarme. Nuestros patrocinadores, "Las Cerejas" de A Guarda y Tapería "La Campiña" de Vigo, sin ellos hubiéramos llevado más carencias a un presupuesto que ya de por si era muy ajustado. Al equipo de Automos, con Javi a la cabeza, que pusieron el coche a punto y lo mantuvieron en forma durante la prueba. A Diego González, gran maestro y mejor amigo, Beatriz Tato y su marido, Jorge Pérez, su hermana Vanesa, Alejo Souto y compañía del Ktrorúas. También a Álvaro Argibay, que preparó el Saxo a partir de uno de serie, a Jesús Vázquez que nos hizo el logo del equipo, a Kike, Gema, Joaquín, Juli y Dani por estar allí animándonos con su aliento y a muchos otros por parte de Bel, mi copiloto, a la que quiero hacer una mención especial por su valentía, su gran trabajo y por levantarme en mis caídas. Gracias cariño.

 También a mi padre y hermana pero sobretodo a mi madre, que descansa en paz desde el 8 de mayo tras una larga lucha. Siempre la preocupó este deporte al que estoy tan enganchado desde mi época del karting, estaba en desacuerdo total con una inversión tan grande y con que nos jugáramos la vida en las carreteras gallegas, pero de lo que estoy seguro, es que desde el cielo mantuvo el coche en marcha sin batería desde Salvaterra hasta el Parque Cerrado. Gracias mama.

 Nuestra próxima prueba será, dios mediante, en el Rally de la Ribeira Sacra de Ourense, pasando por la subida Escusa-Poio como preparación, para cerrar nuestra primera temporada en el Eurocidade Tui-Valença, pero para llegar hasta aquí hay mucho que luchar todavía.

Recogido de tratadearrancarlo.com